El camino a la verdad empieza por preguntar el por qué de las cosas

Todo lo que ocurre tiene una causa, la conozcamos o no. Todas las decisiones que toma la gente tienen un motivo, lo compartamos o no. Detrás de cada comportamiento, por muy reprochable que nos pueda parecer, hay una razón, que es la que impulsa la acción. Conocer los motivos que se esconden detrás de cada cosa nos permite valorarlas adecuadamente, y tomar una decisión acertada en cada momento. Por desgracia, no estamos acostumbrados a indagar, ni se nos ayuda a pensar por nosotros mismos.

Dos son los agentes responsables, a mi entender, de la falta de interés generalizada en buscar respuestas por uno mismo: el sistema educativo y los medios de comunicación. Ninguno de los dos ayudan a las personas a desarrollar el pensamiento crítico y autónomo. En vez de eso, la función de estas instituciones se centra en facilitar de forma consistente las respuestas “correctas” (denominadas “conocimientos” o “información”) a todas las preguntas… de forma tan unánime que es difícil cuestionarse su veracidad.

El caso de los medios de comunicación es, quizá, más claro. Nos bombardean con una serie de hechos que supuestamente son representativos de la realidad, pero que ha sido seleccionados editorialmente por su interés (¿interés para quién?), sin indagar en las causas que los provocaron. De este modo, se anula la capacidad de raciocinio y se altera la percepción que tienen las masas de la realidad. Como dijo Michael Crichton, “El reto más grande al que se enfrenta la humanidad es la distinción de la realidad sobre la fantasía, la verdad sobre la propaganda”.

Esta manipulación es posible, en gran medida, gracias a que los sistemas educativos nos han preparado previamente. Dichos sistemas, basados en la transmisión y memorización de información más que en el descubrimiento y el aprendizaje, están diseñados como sistemas de instrucción para prepararnos para el mercado laboral, que ayudan a los alumnos a acostumbrarse a cumplir un horario, a repetir tareas y rutinas de comportamiento, y a aceptar el conocimiento tal y como nos es inculcado por la autoridad.

Desgraciadamente, la educación de nuestro tiempo no es una herramienta para promover la libertad, sino todo lo contrario. En vez de ayudarnos a desarrollar el pensamiento crítico y otros hábitos basados en el auto-descubrimiento y el auto-aprendizaje, mata la curiosidad y atrapa a las personas en una falsa realidad en la que es imposible hacer que las cosas sean como creemos que deberían.

Sin embargo, las cosas que creemos saber no son más que un conjunto de pre-juicios transmitidos culturalmente. Las certezas de “sentido común” se basan, como todas, en unas premisas que pudieron ser correctas en su momento, pero pueden no ser aplicables a nosotros ahora. De ahí la necesidad urgente de aprender a cuestionarse las cosas por sistema.

Por eso, no hay nada más importante para el ser humano que aprender a cuestionar sistemáticamente la validez de toda idea preconcebida, actitud que Sócrates resumió en aquello de “sólo sé que no se nada”. Una vez libres del peso de las verdades de los demás, nuestra razón puede buscar por si misma su propia verdad, la que es válida para nosotros.

La importancia de la ignorancia en la búsqueda de la verdad

El reconocimiento de nuestra propia ignorancia nos permite hacer preguntas de ignorante, que son precisamente las más importantes para comprender la realidad. Curiosamente, este tipo de preguntas son las que los niños suelen hacer a sus padres cuando aprenden a hablar… ¿por qué? y ¿cómo lo sabes?.

Preguntar es una forma de rebeldía contra la realidad, que nace del inconformismo con la situación actual y nos impulsa a conocer los motivos y las causas que hacen que la realidad en la que vivimos sea esta, y no otra. Es un intento de desvelar el mecanismo de funcionamiento de las cosas que experimentamos, ya sea para predecir su comportamiento o para alterarlo.

Sin embargo, lograr este objetivo requiere que profundicemos hasta alcanzar el motivo original que origina cada fenómeno. Como en todo, hay que tirar del hilo hasta llegar al final, sin conformarnos con falsas respuestas que ocultan las verdaderas causas. Para ello, disponemos de una amplia gama de pronombres interrogativos que nos permiten avanzar hasta nuestro objetivo.

Un forma de hacerlo es mediante un diálogo basado en la pregunta, similar al Método socrático aplicado a conceptos concretos. En él, se cuestiona cada afirmación para destapar las premisas que la sustentan, recabar toda la información complementaria que se omite y/o para obligar al interlocutor a concretar su tesis, a fin de poder evaluar su validez, bondad y veracidad, y conocer las implicaciones que lleva asociada. En ningún momento se debe tomar partido por otras alternativas posibles, ni aceptar el sentido común ni razonamientos circulares como base de legitimación.

Por ejemplo, si alguien afirma que la gestión privada de la sanidad es más beneficiosa que la pública cabría preguntarse, al menos, ¿para quién es más beneficiosa?, ¿por qué se cree que la gestión pública es menos beneficiosa? y ¿cómo siendo privada será más beneficiosa?

Cada respuesta plantea inmediatamente otra pregunta, que nos ayuda a reflexionar sobre cosas que sabemos, pero que probablemente nunca nos hemos planteado o parado a pensar. Aunque es poco probable que alcancemos alguna verdad concluyente mediante este método, el proceso suele abrir la mente de los interlocutores a planteamientos que ponen en duda que las cosas tengan que ser de la manera en las que son.

Este hilo de razonamiento, hablando de temas hipotecarios, podría conducir hasta joyas del pensamiento como “¿Me conviene aceptar un préstamo a tipo de interés variable al 2% cuando la escala va de 0 a infinito?” o, “¿porqué las hipotecas son variables (referenciadas al EURIBOR) si el préstamo se materializa en un momento concreto del tiempo?”… “¿No sería más lógico que la hipoteca fuera de tipo fijo equivalente al EURIBOR del momento en que se prestó el dinero?” o, ya rizando el rizo, “¿porqué la felicidad (e incluso la salud) de mucha gente está referenciada al EURIOBOR?”.

Una vez re-aprendido el hábito de preguntar el por qué de las cosas, es difícil dejarlo, ya que es una gran ayuda en la vida cotidiana. Tarde o temprano se empiezan a hacer preguntas cada vez más inquietantes:

Cree a aquellos que buscan la verdad; duda de los que la han encontrado

Alquilar es tirar el dinero, dijo el banquero. “La vivienda nunca baja”, dijo el constructor. La gestión privada es más eficiente, dijo el empresario. España es una democracia, dijo el político. Informaremos verazmente de lo más importante, dijo el periodista. A la luz de esta artículo, los axiomas de la sociedad contemporánea toman un nuevo significado.

Mantener la libertad para decidir por uno mismo requiere un esfuerzo consciente para entender las razones que apoyan unas u otras opciones. Frente a quienes repiten como papagayos bien amaestrados las consignas de otros sin entender sus implicaciones, debemos preguntarnos qué intereses se esconden detrás de cada afirmación.

Desafiar desde la ignorancia lo evidente, la verdad aceptada, es una necesidad muy real en las sociedades modernas. Cuando la gente empieza a preguntarse el por qué de las cosas que les afectan, la realidad empieza a transformarse. ¿Por qué será?…

Cómo hacer un currículum: Trucos, ejemplos, plantillas, formatos y consejos

A la hora de elaborar un currículum hay que tener en cuenta que se trata de un documento promocional que debe contener información relevante para establecer la idoneidad de una persona para desempeñar un puesto de trabajo. El objetivo del curriculum es conseguir que entres en el proceso de selección, pero el trabajo tienes que conseguirlo tu. Por eso a la hora de elaborarlo debe primar el contenido y su correcta estructuración, tanto a nivel lógico como estético.

Aunque no soy partidario de trabajar para enriquecer a otros, y animo a todo el mundo a autoemplearse, quienes elijan ganarse la vida de este modo encontrarán en este artículo muchos trucos y consejos en torno al verdadero secreto de que un currículum funcione: la capacidad de transmitir con claridad la adecuación del candidato al puesto.

Disponer de un buen currículum aumentará la probabilidad de entrar en los procesos de selección a los que te presentes y el valor percibido por el contratante si eres elegido (pudiendo negociar sueldos más altos), pero también debería servir para auto-descartarte de aquellos trabajos que no se adecuen a tus deseos y características. Espero que el artículo os sirva para elaborar el vuestro.

Entender al seleccionador: Ve al grano, porque no me leo los curriculums

A la hora de realizar un filtrado de curricula, el objetivo de un técnico de recursos humanos es encontrar rápidamente candidatos potencialmente adecuados para cubrir el perfil que busca. En consecuencia, facilitarle la labor al máximo es fundamental si queremos que (nos) elija sabiamente.

Según mi propia experiencia, durante la criba curricular sólo se ojea la mitad superior de la primera página del CV, conclusión congruente con el estudio realizado por Jakob Nielsen sobre cómo se leen los documentos en Internet. Media hoja, ese es todo el espacio disponible para conseguir dos objetivos:

  • Demostrar que encajas en el perfil que estoy buscando (Adecuación del candidato al puesto).
  • Diferenciarte del resto de candidatos potencialmente válidos.

Un método efectivo para lograr estos objetivos es empezar el CV con una titular que condense tu currículum. Dicho de otro modo, empezar con la conclusión a la que debería llegar el seleccionador si realizara un detallado análisis de tu historial laboral y formativo.

Para maximizar el impacto, la clave está en ser lo más específico posible, y adelantar información que sea relevante para el puesto y que despierte el interés del seleccionador. Imagino que estarás de acuerdo conmigo en que “Ingeniero con 10 años de experiencia” resulta menos efectivo que…

“Ingeniero con 10 años de experiencia internacional en el diseño y ejecución de infraestructuras de transporte“.

Este segundo titular, a parte de despertar inquietudes (¿qué habrá construido y dónde?), hace que la candidatura destaque si lo que se está buscando son ingenieros para construir carreteras en Africa.

Cada uno debe hacer un poco de introspección y decidir qué “imagen de marca” desea asociar a su candidatura. Para cada oferta de trabajo hay unos aspectos más relevantes que otros, por eso hay que adaptar el currículum incluso aunque estemos optando a trabajos muy similares entre sí. Si optas a un puesto en una multinacional alemana, y sabes alemán, hay que destacarlo aunque no se solicite en la oferta. Si optas a un puesto directivo, y tienes experiencia en diferentes departamentos (finanzas, ventas, logística), es relevante. Si optas a un puesto administrativo y sabes arreglar ordenadores, también hay que destacarlo. Cualquier cosa antes que venderse como “Recién licenciado en Historia sin experiencia”, salvo que sea exactamente esto lo que se busca.

Márcate un objetivo

Hay un refrán que dice, “No hay viento favorable para quien no sabe hacia donde navega“. Nada más indicado para estos momentos. En el trabajo nos pasamos un tercio de nuestros años de vida laboral, así que mejor conseguir uno que se adapte a nuestras características. No pasa nada por rechazar un trabajo que no es lo que deseamos. De hecho, cuanto antes lo descartemos, antes podremos dedicarnos a encontrar otro que nos satisfaga.

Por este motivo, conviene indicar a continuación del titular qué es lo que estamos buscando, a fin filtrar ofertas que no encajen con nuestros deseos. Y hacerlo de manera que resalte nuestras capacidades. Un objetivo universalmente compartido, pero de escasa utilidad en la búsqueda del mejor empleo, podría ser “Conseguir un trabajo donde se trabaje poco y se cobre mucho“.

A parte de decir poco del candidato, no sirve para evitar que nos llamen de sitios que no nos interesen como, por ejemplo, para trabajar como especialista de cine (demasiado peligroso). Un objetivo más apropiado podría ser el siguiente:

“Conseguir un trabajo de media jornada como auxiliar de veterinaria donde poder aplicar mis habilidades en el trato con el cliente y contribuir al bienestar de las mascotas y sus dueños”

De este modo no sólo conseguirás que te llamen únicamente de los sitios que pueden ofrecerte un trabajo que te interese, también estarás destacando tus cualidades e intereses desde la perspectiva de la empresa. Ya noto como te revalorizas por momentos…

Ajuste empresa – trabajador

No hay un aspecto tan subestimado durante los procesos de selección como el ajuste entre los valores de la persona y la cultura de la empresa, y tampoco hay un aspecto que contribuya más a una rápida finalización de la relación laboral. Por este motivo es interesante completar el titular y el objetivo con una breve descripción de nuestras fortalezas relevantes para el desempeño del puesto al que se opta, siempre que no nos repitamos.

Conviene dejarlo claro cuanto antes cómo eres, y que el seleccionador determine (aunque es poco probable que lo haga) si tu estilo encaja en la empresa. Si tus principales cualidades son tu “capacidad de innovación” y de “asumir riesgos”, y el estilo de gestión de la empresa es “conservador” y centrado en el “control del gasto”, lo más probable es que acabes por quemarte o te echen por mal desempeño de tu trabajo, así que mejor no perder el tiempo.

Esta descripción de tus cualidades no es estrictamente necesaria, ya que deberían aflorar analizando tu carrera profesional, por lo que cada uno deberá juzgar si resulta de su utilidad en su caso. Si tu trayectoria profesional es clara y está alineada con el puesto al que optas puedes omitir esta parte. Si tu trayectoria profesional es “errática”, porque has preferido no encasillarse en un tipo de trabajo concreto, esta sección es imprescindible para conectar las habilidades adquiridas en diferentes puestos y dibujar un perfil compatible con el puesto. De cualquier modo, las afirmaciones sobre uno mismo siempre dan juego en las entrevistas, así que si tienes algo que decir no te cortes.

Principios generales para la redacción de CVs

Ya hemos visto las tres cosas más importantes de un currículum: El titular, el objetivo y la descripción. Estos aspectos son fundamentales para pasar la criba curricular, y deben permitir juzgar tu idoneidad para el puesto en 10 segundos, porque probablemente es el tiempo que se le va a dedicar en un análisis preliminar.

Se podría alegar que el sitio indicado para esta información sería la Carta de presentación, lo cual es cierto e incorrecto a la vez. De los miles de currículos que he filtrado, habré leído menos del 1% de las cartas de presentación, y generalmente en estados avanzados del proceso de selección, por eso creo que si el candidato tiene algo importante que añadir a sus datos biográficos, es mejor que lo haga en el propio CV, porque nadie va a recortarlo.

A pesar de su importancia para pasar los primeros filtros, estas tres secciones no deben ocupar más de una cuarta parte de la primera hoja, a fin de dejar espacio en la mitad superior para describir los aspectos más relevantes para el puesto de tu carrera profesional y/o formativa, que es el verdadero contenido del currículum.

Un buen currículo debe servir para saber qué experiencia y formación acumula el candidato, y para formarse una idea de sus cualidades, desde su capacidad para organizar la información hasta su orientación a resultados y hacia el cliente. Por eso es fundamental que toda la información contenida cumpla los siguientes requisitos:

  • El currículum debe tener una longitud máxima de 2 hojas, siendo 1 lo ideal. En cualquier caso, procura que toda la información importante esté siempre en la primera hoja, porque a veces se traspapelan o pierden los documentos. Si necesitas utilizar dos hojas, no olvides numerarlas y repetir en el encabezado de la segunda tu nombre y datos de contacto, por si lo que se pierde es la primera hoja. Si vas a mandar más de una hoja por correo postal, se agradece que los documentos vengan grapados.
  • La información debe ser breve, relevante y cierta. No te andes por las ramas ni metas relleno. Tampoco caigas en las tópicas frases que no dicen nada, ni recurras a la verborrea empresarial. Utiliza frases cortas y palabras sencillas, que una persona sin conocimientos sobre la materia pueda comprender. No mientas ni te excedas adornando la realidad, las personas que filtran currículums revisan muchos, y desarrollan rápidamente una gran escepticismo ante cualquier cosa que digan los candidatos. Tampoco crees expectativas que no puedes cumplir, porque se descubrirá tarde (periodo de prueba) o temprano (entrevista). Por último, cíñete a lo relevante: si pones foto, que sea de carné y te muestre tal y como vas a venir a trabajar (sin maquillar si no te maquillas todos los días). Las fotos de fiesta, en la que salga más de una persona, de perfil o de cuerpo entero están fuera de lugar (salvo el último caso si eres modelo). Por lo general, tus aficiones no son relevantes para desempeñar un puesto de trabajo, así que no las cuentes. Lo más que puedes conseguir es dar la impresión de que inmadurez, y de no ser consciente de que “aquí se viene a trabajar“. Además, cuando te contratemos no vas a tener tiempo para tus aficiones :P.
  • Estructura bien la información, organizada en secciones y ordenada de más a menos relevante, y de más reciente a más antigua (orden cronológico inverso, indicando mes y año en las fechas). Empieza por aquello más relevante y diferenciador. En casi todos los casos suele tratarse de tu experiencia práctica y reciente desempeñando funciones similares o relacionadas con el puesto, independientemente de si era un trabajo o un voluntariado. Si no tienes experiencia, empieza por la formación más relevante que hayas realizado. En según qué trabajos, la formación puede ser más valiosa que la experiencia, aunque por lo general sólo es determinante en caso de igualdad entre candidatos. Por ejemplo, para un puesto de repartidor puede ser más interesante tener conocimientos de mecánica que experiencia, para un puesto administrativo puede ser más determinante una sólida formación en ofimática, etc.
  • Céntrate en tus logros, y trata de cuantificarlos usando cifras siempre que puedas. Cuando las cifras por sí mismas no digan mucho (media de 3,56 entregas realizadas por hora) puedes comparar tu actuación con la media de la empresa (entregas por hora un 6% por encima de la media de mi zona) o del sector (crecimiento de la cuota de mercado del 3%). Acostúmbrate a recopilar esta información en tu trabajo, ya que te dará pistas para hacerlo mejor, denota capacidad analítica, interés por el negocio (potencialmente recompensable a medio plazo) y te servirá en el futuro para tu CV.
  • Si no tienes logros de los que presumir, piensa de nuevo. Piensa en aquella vez que te sentiste orgulloso por hacer X o te felicitaron los clientes por Y. Por lo general te interesa incluir aquellos eventos puntuales, pero significativos, que transmiten un mensaje sobre cómo eres y sobre tus cualidades. También puedes incluir logros de los proyectos importantes en los que has participado, innovaciones que has introducido en la forma de trabajar, premios o nominaciones…
  • Despierta el interés del entrevistador. La vida en Recursos Humanos es aburrida, no contribuyas a hacerla peor. Cada frase de tu CV debe ser un apetitoso cebo para cualquier entrevistador. Debe parecer que hay una buena historia deterás de cada afirmación, y, por su puesto, no defraudar al público. Por ejemplo, “reparto del correo en la comarca del Nalón” no suena muy estimulante. Mejor poner “mención honorífica al servicio durante la campaña navideña de 2006”. Cuando el entrevistador te preguntes podrás contarle aquella vez en que todos los repartidores estaban enfermos con gripe y trabajaste día y noche para que los habitantes de la comarca recibieran a tiempo sus felicitaciones de navidad (que conmovedor). Prepara una buena historia, que diga cosas buenas de ti sin desvirtuar la realidad, para cada información que incluyas en el currículum.
  • Siempre que puedas, demuetra las habilidades relevantes para el puesto. El ejemplo más claro son los idiomas, si el puesto requiere inglés, puedes mandar el CV en inglés. Si se valora la informática, un email adjuntando el currículum en formato PDF es buena señal. Si quieres ser locutor de radio, puedes adjuntar una cinta narrando el CV como si fuera un noticiario o una (auto)entrevista. Si trabajas en marketing, puedes enviar el currículum como si fuera una campaña de marketing de un producto (tu mismo). No obstante, debe quedar claro que estas demostraciones complementan al currículum, no lo sustituyen ni deben quitarle el protagonismo a la hora de transmitir la información relevante para establecer una relación laboral.

Guardar las formas en la elaboración del currículo

Quisiera volver a insistir en que un curriculum es un documento promocional que debe contener información relevante para establecer la idoneidad de una persona para desempeñar un puesto de trabajo, y que el objetivo que perseguimos es conseguir una entrevista. Si quieres llamar la atención, puedes enviarlo dentro de un globo, pero procura que lo que recibe el seleccionador le sirve para hacer su trabajo, o tu candidatura no pasará de ser una anécdota sin nombre. Por eso, a la hora de elaborarlo te sugiero seguir las siguientes recomendaciones:

  • Usa siempre un procesador de textos para crear tu curriculum. La razón es sencilla, es la herramienta básica en la gran mayoría de los trabajos, así que demuestra que sabes utilizarla. Un curriculum hecho a máquina denota obsolescencia (¿Cuántas máquinas de escribir hay en una oficina típica?). Al imprimir, hazlo en papel DIN-A4 por un cara, y comprueba que la impresión es limpia y de calidad (mejor láser). No envíes fotocopias ni impresiones defectuosas, con rayas, caracteres corridos, torcidas o descentradas, denota falta de cuidado por los detalles.
  • El texto debe tener un tamaño legible (11-12) y estar escrito en una tipografía de palo seco (fuentes sin serif, como Arial, Helvética, Verdana, Tahoma), ya que son las más utilizadas en el mundo empresarial, ofrecen un aspecto más limpio y se leen más fácilmente (fíjate en la tipografía utilizada en los carteles de las autopistas). Las fuentes tipo serif (Times New Roman) están tradicionalmente asociadas con la literatura, y son más indicadas para frases largas impresas sobre soportes de muy alta resolución (como el papel). No utilices “Comic Sans” u otra fuente de fantasía, ni Monoespaciadas como “Courier“… se hace difícil tomar en serio estas candidaturas. Usa una única tipografía para todo el documento o, como mucho, una diferente (pero muy parecida) a la principal para los encabezados.
  • Es preferible crear tu propio formato de currículum, diferenciándose del resto y demostrando tu pericia técnica y vocación innovadora. Las plantillas de CV’s que vienen con los procesadores de textos están MUY vistas y se reconocen a la legua, aunque mejor eso que enviar un currículum sin formato. El formato es lo primero que se percibe de un currículum, antes incluso que el Titular, y un formato atractivo, además de llamar la atención, predispone positivamente al lector hacia el candidato, motivos más que suficientes para cuidarlo al máximo. Al final del artículo hay plantillas que puedes utilizar para tu currículo.
  • Limítate a estructurar la información utilizando tablas sin bordes, diferentes tamaños de letra para los encabezados y negrita para destacar lo más relevante (los encabezados son relevantes). No es recomendable utilizar colores. La escala de grises adecuadamente aplicadas en bordes y sombreados logran maravillas manteniendo la sobriedad. Si has trabajado para empresas conocidas puedes añadir sus logos para hacer tu curriculum más memorable y darle un toque de color.
  • Las imágenes de fondo y composiciones alegóricas son muy bonitas, pero distraen de lo que importa y en la mayoría de casos son información irrelevante. Puedes añadir un motivo geométrico pequeño, y con color si quieres, en uno de los márgenes a modo de “marca” o “sello”, para que tu currículo sea más memorable. Pero sin que distraiga al evaluador de lo que importa.
  • No alteres los margenes ni los interlineados, salvo que se trate de pequeñísimas modificaciones para que encaje mejor en la página. Procura que no queden grandes zonas de la hoja en blanco ni que el texto parezca apretado. Si te lo puedes permitir, puedes usar papel de mayor gramaje que el normal (80g/m2), ya que transmite mejor impresión al tacto, pero no se te ocurra doblarlo para enviarlo, porque se pierde el efecto. Igualmente, puedes optar por papel de un color claro que ofrezca un alto contraste con el texto, el mejor es el amarillo claro.
  • Sin faltas de ortografía. En la era de los correctores ortográficos, una falta de ortografía significa doblemente ignorancia: ignorancia de la propia ortografía y de cómo usar un corrector ortográfico.

Revisa tu CV con regularidad

Normalmente nos acordamos del currículum cuando menos tiempo disponemos para elaborarlo y más difícil es acordarnos de las cosas que hemos hecho, por eso mi recomendación es revisar una vez al año los contenidos del currículo a fin de mantenerlo listo y engrasado para aventuras laborales que os puedan surgir. Aprovechando el parón de fin de año, no estaría mal que dedicaras una tarde a revisar el CV, añadiendo aquella cosas destacables que hayas hecho en los últimos doce meses y mejorando el formato, la estructura o la redacción. Las prisas no son buenas consejeras, y sólo dispones de una oportunidad para causar una buena primera impresión, así que mejor estar “Preparado para el Mañana“.

Una vez satisfechos con el estado de nuestro curriculum, es fundamental mostrárselo a conocidos para que nos den su opinión sobre qué mejorarían y nos indiquen si algo no se entiende o suena raro, a fin de hacer unas últimas correcciones. Si a la persona a la que le preguntes no se le ocurre nada, busca a otra.

Por último, antes de enviarlo, hay que asegurarse de que la información de contacto está completa y es fácilmente localizable. Es muy irritante encontrar un candidato potencialmente interesante que no indica su dirección, su teléfono o su nombre. Aunque parezca asombroso, yo mismo mandé mas de 50 curriculums en los que no indicaba mi nombre, pero eran tan bonitos que todos lo pasamos por alto.

Junto a tus datos es recomendable que indiquéis vuestra nacionalidad, fecha de naciomiento y si tenéis algún grado de discapacidad reconocida. Las dos primeras para ahorraros tiempo con compañías que discriminan (ilegalmente) en los procesos de selección por estos motivos. Puede que el evaluador tenga prejuicios contra la gente mayor o la empresa prefiera sudamericanos porque se les puede apretar más los tornillos (pagar menos). El caso es que si la edad o nacionalidad son un problema, mejor que lo sepan desde el principio para poder dedicar esfuerzo a empresas donde sí nos van a coger. Respecto al estatus de discapacitado, el motivo es porque existen muchos incentivos a la contratación y las empresas con más de 50 trabajadores están obligadas a reservar una cuota de la plantilla para trabajadores discapacitados.

Plantillas para el curriculum

Como colofón, quisiera compartir con vosotros las plantillas que he utilizado para mis currículos. Espero que os sirvan de ejemplo para redactar y diseñar los vuestros. Conforme encuentre tiempo para “sanear” mi información personal iré añadiendo más.

» Plantilla y ejemplo de currículum vitae. Dos columnas, fondo lateral en gris. Icono de OpenOffice Writer .odt

Estos documentos están en formato OpenDocument, que es estándar ISO para documentos informáticos. Si no disponéis de un programa capaz de abrirlo, podéis instalaros la versión libre de la suite ofimática de Sun Microsystems desde Internet. También existe un plugin para Ms Office.

Si tienes preguntas o quieres añadir algo, manda un comentario. Os recuerdo que las plantillas se deben utilizar según los términos y condiciones aplicables a mis obras, aunque si vais a usar las plantillas para enviar vuestro propio CV a un proceso de selección real no es necesario atribuir la autoría.